Ha sido muy bonito poder trabajar esta pieza, por su antigüedad, su belleza, y por ser un objeto intrínseco a los primeros años de vida del ser humano.
Imaginarse criar un bebe hace 100 años debía ser difícil, muy difícil. Sin muchas de las comodidades que ahora tenemos.
Sobre todo dentro del seno de una familia humilde.
Ha sido un placer limpiarla y ver embellecida su madera por el paso del tiempo.
Durante todo el proceso me han atacado muchas dudas y preguntas. No quería dañar la madera o al menos lo menos posible.
Quería conservar su patina y su esencia. Y he dudado y mucho sobre si recuperar o no aquellos faltantes y grietas que la madera ha sufrido durante tantos años. Restaurar o no restaurar » this is the question «.
A mí, personalmente me parece que son su seña de identidad.
Esas huellas forman parte de la historia del mueble, nos cuentan lo que ha vivido, nos dan pistas sobre su devenir.
Restaurarla por completo, en el más » estricto y puro» sentido de la palabra sería quitarle vida, restarle historia.
Si con el paso del tiempo fuese necesario hacer algún tipo de intervención, sin duda se haría.
Aquí podéis verla en su estado inicial.
Y a continuación una foto del antes y el ahora.
He encontrado estas bellas fotografías que muestran piezas, mesas en su mayoría, cargadas de historia, maderas vivas, con sus grietas, su madera curtida y ennoblecida por los años.
He elegido mesas porque es en lo que esta cuna se va a transformar, colocando un cristal templado encima. Para lo cual hemos tenido que hacer una plantilla con las medidas lo más exactas posibles. Gracias a Miguel Ángel de Artejoven, Badajoz.
Desde luego hay que situarse un poco en la época, principios del XIX, familia y casa en la que este tipo de cuna estaría. Desde luego no sería en una familia burguesa, con muebles de noble madera. Nuestra cuna es propia de una familia con escasos recursos económicos, que bien podría vivir en el campo o haberse trasladado a la ciudad para buscar trabajo.
Una cuna de una familia acomodada podría ser esta, de estilo victoriano
La nuestra, de una familia más humilde, estaría en un hogar de las siguientes características
Y por último, hoy en día, nuestra cuna una vez limpia, recuperada, transformada y encerada como antiguamente, me la imagino, en alguno de estos ambientes…………..sencillos y sin grandes pretensiones.
Y por fin aquí la tenemos, entrañable, imperfecta, con sabor a antiguo, y sobre todo sencilla y acogedora.
De momento, a falta del cristal que aún no ha llegado, hemos pensado que otro buen uso podría ser guardar los cojines y las revistas de casa en ella. ¿Qué os parece ?.
Una vez más tengo que pedir disculpas, por el retraso en la entrega del trabajo, en este caso, la cosa queda en familia, y ya se sabe, aunque suena muy mal, la confianza da aago, bruuuuu !!!. ¿¿¿¿ será verdad ????
!!! Hermanito lo siento de verdad !!!
Y también agradecer a mi pareja, que se arma de paciencia y permite que nuestra casa sea un híbrido entre casa y taller. Tropezándonos con pinturas, ceras y muebles por doquier………. A parte claro, de juguetes, pelotas, zapatillas y demás cosas del peque de la casa. Vivimos sumidos en un agradable caos.
Espero que os haya gustado, y ya sabéis, si tenéis alguna pieza antigua, id pensando en darle otro uso.
Todas la imágenes, excepto las de la cuna, podéis encontrarlas en mis tableros de Pinterest
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